La captura de Giovanni Andrés Rojas, alias «Araña», líder de los Comandos de la Frontera, en un hotel de Bogotá, ha generado tensiones en los diálogos de paz entre el Gobierno de Gustavo Petro y las disidencias de las FARC. Rojas, arrestado tras una conferencia de prensa, está bajo una orden de extradición de Interpol, complicando las negociaciones con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano. Este grupo, que se separó de la Segunda Marquetalia liderada por Iván Márquez, opera en las regiones de Putumayo y Caquetá y está involucrado en economías ilícitas. El gobierno buscó unificar a estos grupos bajo el marco de paz total, pero la Cruz Roja los ve como entidades independientes. El Comisionado de Paz, Otty Patiño, criticó la detención como un posible obstáculo al proceso de paz. Este incidente ocurre en el contexto de varias negociaciones clave en Colombia, incluidas las interacciones suspendidas con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos disidentes. La agenda de negociación se centra en transformaciones territoriales, seguridad, rutas jurídicas y participación política, con reuniones planeadas en varias ciudades colombianas.
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