Durante la decimoquinta etapa de la Vuelta a España, un activista propalestino interrumpió la carrera, ocasionando la caída del ciclista Javi Romo del Movistar. Carlos Verona, del Lidl-Trek, expresó su frustración hacia este tipo de protestas, especialmente debido a la participación del equipo Israel-Premier Tech, y criticó la violencia en las manifestaciones. A poco más de 50 kilómetros de la meta, Romo cayó al suelo pero se recuperó rápidamente, persiguiendo al manifestante para confrontarlo antes de que fuera arrestado. Verona abogó por medidas firmes contra manifestaciones no pacíficas, subrayando los riesgos para la vida de los involucrados.
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