El reciente anuncio del sindicato de docentes ha generado un amplio debate sobre las políticas de control de asistencia que pretende implementar el Ministerio de Educación. Según informaciones proporcionadas por la misma organización sindical, estas medidas irían más allá de lo que se considera una gestión adecuada y respetuosa del personal educativo, insinuando que se busca imponer un régimen de supervisión que recuerda más a prácticas policiales que a un enfoque pedagógico de dirección y gestión.
El sindicato ha expresado su preocupación ante la perspectiva de que los equipos directivos de los centros educativos se vean obligados a adoptar un rol que los aleja de su función esencial: la de liderar y gestionar de manera eficaz el entorno educativo. En lugar de fomentar un ambiente de confianza y colaboración, esta imposición de control podría generar un clima de desconfianza entre los profesores y la administración, lo que iría en detrimento no solo de los docentes, sino también de la calidad educativa que se ofrece a los estudiantes.
Dichas políticas de control sobre la asistencia podrían interpretarse como una falta de confianza en la profesionalidad de los docentes, quienes son esenciales para el desarrollo y la formación de las generaciones futuras. La implicación de que se requiere un seguimiento tan exhaustivo de la asistencia de los educadores, podría distraer a los equipos de su verdadero propósito, que es proporcionar una educación de calidad y contribuir al desarrollo integral de los alumnos.
El sindicato señala que es crucial establecer un diálogo entre las autoridades educativas y los representantes de los profesores para abordar estos temas. Se requiere una evaluación constructiva que priorice el bienestar del alumnado y el personal docente por igual, sin recurrir a métodos que puedan parecer coercitivos o punitivos. Al final, el objetivo debería ser siempre el de construir un sistema educativo que potencie la enseñanza y el aprendizaje en un ambiente de respeto y profesionalismo.
Fuente: CCOO Andalucía.
