El inicio del curso escolar en Granada ha revelado datos preocupantes que evidencian fallos en la política educativa implementada por la Junta de Andalucía. Según un informe de CCOO Enseñanza Granada, la situación actual se traduce en un claro suspenso para la administración educativa. Esta calificación se basa en el notable incremento en el número de alumnos por clase en diversos centros educativos de la provincia, a la par que se ha observado un aumento en la supresión de unidades.
Este doble fenómeno tiene implicaciones directas en la calidad de la enseñanza. Por un lado, el aumento en el número de estudiantes por unidad dificulta la atención a la diversidad, lo que perjudica a aquellos alumnos que requieren un enfoque pedagógico más personalizado. La educación inclusiva se ve amenazada, y las necesidades educativas de muchos niños pueden pasar desapercibidas, lo que podría generar un sentimiento de abandono en el aula.
Por otro lado, la carga burocrática que enfrentan los docentes está en aumento. Con más estudiantes por clase, los requisitos administrativos se vuelven más complejos y exigentes, lo que puede desviar la atención de los profesores de su verdadera misión: enseñar y acompañar el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Este incremento en las tareas burocráticas también puede contribuir al desgaste emocional y profesional del profesorado, afectando su motivación y eficacia en el aula.
En conclusión, la situación educativa en Granada demanda una respuesta inmediata y eficaz por parte de la Junta de Andalucía. Es fundamental que se revisen y reestructuren las políticas educativas para garantizar un entorno de aprendizaje que respete la diversidad y no burden los recursos docentes. La calidad de la educación de las futuras generaciones debe ser una prioridad ineludible en las decisiones políticas y administrativas.
Fuente: CCOO Andalucía.