En el mes de noviembre, la provincia de Málaga ha experimentado una notable pérdida de empleo, sumando más de 7.100 puestos de trabajo perdidos. Este descenso en el empleo ha ido acompañado de un aumento en el número de desempleados, con un incremento de 486 personas en el registro de paro. Esta situación se presenta en un mes que, históricamente, ha sido desfavorable para el mercado laboral malagueño, reflejando una tendencia estacional que afecta a diversos sectores.
El impacto en el empleo se siente con especial intensidad en áreas donde la actividad laboral suele descender durante el final del año, como el turismo y la hostelería. Con el final de la temporada alta, muchas empresas han tenido que llevar a cabo ajustes en su plantilla, lo que ha contribuido a esta caída en el número de empleos.
El aumento del paro registrado en noviembre representa un desafío adicional para la economía local, que ya estaba lidiando con la recuperación post-pandemia. A medida que el empleo se ajusta a la variabilidad estacional, la necesidad de políticas efectivas que promuevan la creación de empleo a largo plazo se vuelve cada vez más urgente.
Es fundamental que se implementen iniciativas que apoyen a los trabajadores afectados y se fomenten oportunidades laborales que puedan equilibrar las fluctuaciones estacionales. Además, se deben considerar estrategias innovadoras que diversifiquen la economía local y reduzcan la dependencia de sectores vulnerables a cambios estacionales.
La situación actual en Málaga es un recordatorio de la fragilidad del mercado laboral en contextos estacionales y la importancia de la resiliencia económica para enfrentar este tipo de desafíos. A pesar de las dificultades, es posible trabajar hacia un futuro en el que se minimicen los efectos negativos de la estacionalidad y se fortalezcan las bases del empleo en la provincia.
Fuente: CCOO Andalucía.
