El regreso del Barcelona al Camp Nou marcó una jornada memorable, con una victoria contundente de 4-0 sobre el Athletic de Bilbao. La afición se reencontró con un estadio aún en construcción, presenciando un fútbol vertiginoso y efectivo liderado por Lewandowski, quien inauguró el marcador. A pesar de las bajas de figuras clave como Pedri y De Jong, el equipo de Flick se mostró arrollador, dejando al conjunto vasco sin opciones. El encuentro también fue testigo de un despliegue notable de los jóvenes talentos de la Masia, simbolizando la transición del histórico recinto hacia su renovada identidad, mientras la temperatura gélida no logró enfriar los ánimos de una grada eufórica que homenajeó al fundador Gamper en un día cargado de simbolismo.
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