China ha dado un tímido paso hacia el diálogo en la disputa comercial con Estados Unidos, un mes después de que la administración de Trump iniciara una intensa batalla arancelaria. Pekín ha declarado que está considerando abrir negociaciones, pero ha enfatizado que cualquier diálogo requerirá sinceridad y acciones concretas por parte de Washington, como la cancelación de aranceles unilaterales. La tensión se mantiene mientras China emite señales mixtas: algunas indican disposición al diálogo y otras reflejan una firme resistencia, evocando retóricas de resistencia histórica. Aunque ambos países han escalado sus aranceles, parece haber un giro hacia una leve distensión, aunque sin prisa por parte de China para iniciar conversaciones formales, prefiriendo observar el desarrollo de otras negociaciones y la evolución de la política estadounidense.
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