La reciente intensificación de las sanciones impuestas por Estados Unidos ha generado un impacto significativo en la industria de semiconductores en Asia. Ante estas restricciones, China ha acelerado sus esfuerzos para fortalecer su autosuficiencia tecnológica, mientras tanto, los proveedores taiwaneses enfrentan el reto de diversificar sus operaciones en un entorno geopolítico cada vez más complejo.
Huawei Technologies está a la vanguardia de este movimiento en China, adoptando una ambiciosa estrategia para desarrollar una cadena de suministro nacional de semiconductores. En Shenzhen, la empresa está construyendo instalaciones avanzadas con el objetivo de producir chips de 7 nanómetros y procesadores de inteligencia artificial Ascend. Este proyecto cuenta con el respaldo del gobierno local y la colaboración de empresas como SMIC y SMEE, subrayando un esfuerzo nacional por reducir la dependencia de tecnologías extranjeras.
El avance chino no se limita solo a Huawei. El gobierno ha introducido un robusto fondo de inversión de 47.000 millones de dólares destinado a impulsar el sector de semiconductores. Este financiamiento busca fortalecer a actores clave como SMIC y YMTC, que están trabajando en aumentar su producción y en el desarrollo de tecnología avanzada, incluidos chips de 5 nanómetros y memorias NAND de 232 capas.
Frente a este escenario, los proveedores taiwaneses, como TSMC, se encuentran bajo presión. Las sanciones estadounidenses han provocado investigaciones sobre posibles violaciones de controles de exportación, lo que podría resultar en fuertes penalizaciones. Como respuesta, TSMC ha comenzado a expandir sus inversiones en Estados Unidos para mitigar los riesgos asociados.
Además, empresas taiwanesas como UMC y Powerchip están perdiendo cuota de mercado en tecnología de chips más antiguos, enfrentando competencia de empresas chinas respaldadas por el Estado, como SMIC y Hua Hong, que ofrecen precios más atractivos. Para mantenerse relevantes, estos fabricantes están explorando la adopción de procesos más avanzados y especializados.
El futuro del panorama de semiconductores en Asia estará definido por una dinámica de sanciones y políticas industriales que han catalizado esta transformación. China avanza decididamente hacia la autosuficiencia, mientras que Taiwán busca fortalecer sus alianzas internacionales y diversificar sus operaciones. Estos desarrollos tendrán profundas implicaciones para la cadena de suministro global y la geopolítica tecnológica en los años por venir.