China ha lanzado una ambiciosa iniciativa para impulsar la adopción de inteligencia artificial (IA) entre pequeñas y medianas empresas (pymes). Con el fin de reducir la brecha en el acceso a recursos tecnológicos avanzados, varias ciudades del país han implementado un sistema de «vales de computación», permitiendo a las pymes acceder a capacidad de cómputo a precios significativamente reducidos.
Ciudades como Pekín, Shanghái y Shenzhen están a la vanguardia de este esfuerzo, otorgando subsidios que cubren hasta el 80% de los costos de computación. Especialmente, Shanghái ha asignado 600 millones de yuanes (84 millones de dólares) a estos vales, además de un apoyo adicional de 100 millones de yuanes para datos y entrenamiento de modelos de lenguaje.
Esta estrategia tiene dos objetivos principales: reducir los costos de investigación y desarrollo para las pymes y maximizar el uso de centros de datos que actualmente operan muy por debajo de su capacidad potencial, a raíz de políticas de infraestructura previas.
El plan se alinea con las «Opiniones sobre la implementación para promover el desarrollo de alta calidad de la industria de etiquetado de datos», publicadas en diciembre de 2024. Además, busca establecer un mercado unificado de poder de cómputo a nivel nacional, facilitando a empresas y centros académicos la redistribución eficiente de cargas de trabajo.
La integración de inteligencia artificial en sectores estratégicos es otro pilar central del denominado marco “AI Plus” del Consejo de Estado. Esta directriz promueve la IA en manufactura, comercio electrónico, salud y otros campos vitales, con la finalidad de no solo optimizar la productividad, sino también potenciar el consumo y elevar la calidad de vida.
Las pymes chinas, históricamente marginadas por altos costos tecnológicos, ahora tienen la oportunidad de innovar al contar con vales que pueden cubrir la mayoría de sus inversiones en computación. Esto permitirá ciclos más baratos de entrenamiento de IA y un mayor acceso a recursos de inferencia, fomentando un círculo virtuoso de inversión y utilización de capacidad ociosa en centros de datos.
La política es también una respuesta a los desafíos internacionales, especialmente las restricciones de exportación de semiconductores desde Estados Unidos. Al fortalecer su autonomía tecnológica, China busca mitigar el impacto de estas restricciones, mientras se rumorea sobre la posible instalación de nuevos centros de datos con capacidad de vanguardia.
El enfoque «AI Plus» también pretende influir en el comportamiento del consumidor, promoviendo la IA en cultura, comercio personalizado, y cuidados para mayores, entre otros. Esto podría revolucionar patrones de consumo y abrir nuevos escenarios de negocio dentro de la economía china.
La viabilidad de este ambicioso plan dependerá de la agilidad burocrática y la coordinación efectiva entre regiones, para asegurar que las pymes puedan sacar el máximo provecho de las oportunidades que la IA ofrece y que los centros de datos logren optimizar su uso. Con el objetivo de posicionarse como un líder global en inteligencia artificial, China apuesta por que la IA se convierta en un motor transversal de su economía.