Desde Pekín, China ha lanzado una clara señal a Washington: no tiene intención de quedar rezagada en la carrera global por la inteligencia artificial, a pesar de los esfuerzos de Estados Unidos por restringir su acceso a chips avanzados. En su reciente conferencia Baidu World 2025, el gigante tecnológico Baidu presentó los nuevos procesadores de inteligencia artificial Kunlun M100 y Kunlun M300, además de una arquitectura de supernodos masivos llamada Tianchi, que apuntan a desafiar el dominio que actualmente ejercen Nvidia y otros fabricantes occidentales en computación para IA.
Este no es un lanzamiento ordinario, es la piedra angular de una estrategia a largo plazo para dotar a China de capacidades de cálculo propias, «controlables» y exentas de las restricciones impuestas por Washington. Desde 2022, Estados Unidos ha intensificado las restricciones de exportación de chips de alto rendimiento hacia China, con el declarado objetivo de limitar el entrenamiento de modelos de IA de última generación en el país asiático, especialmente aquellos con potenciales usos militares o de vigilancia. Esto ha llevado a las grandes tecnológicas chinas a buscar alternativas domésticas para permanecer competitivas en el ámbito de la IA.
En este contexto, los chips Kunlun M100 y M300 de Baidu emergen como actores cruciales. El M100 se optimiza para entornos de inferencia masiva, mientras que el M300 está diseñado para el entrenamiento e inferencia de modelos multimodales de próxima generación. Aunque Baidu no ha revelado todos los detalles técnicos de estos chips, enfatiza aspectos clave como potencia, bajo costo y, por encima de todo, la capacidad de computación «controlable» y doméstica.
Sin embargo, la presentación de Baidu no se limitó solo a los chips. La compañía también introdujo dos supernodos, Tianchi 256 y Tianchi 512, que enlazan cientos de aceleradores en una única unidad lógica, similar a la tecnología usada por Nvidia. Estos supernodos están diseñados para mejorar el rendimiento global y compensar cualquier desventaja frente a las GPU extranjeras mediante el uso de más tarjetas y optimización de la comunicación entre ellas.
Mirando hacia el futuro, Baidu ha esbozado una ambiciosa hoja de ruta hacia 2030, enfocada en construir un clúster de un millón de tarjetas Kunlun. Esto reforzaría la autosuficiencia de China en el ámbito tecnológico, una postura que busca reducir su dependencia de empresas como Nvidia y, al mismo tiempo, cumplir con las prioridades de seguridad y control impulsadas por Pekín.
La comunidad internacional observa con interés, preguntándose si estos movimientos son suficientes para desafiar el liderazgo estadounidense en inteligencia artificial. Aunque es prematuro afirmar que China superará a Nvidia y otros líderes de la industria en el corto plazo, la trayectoria de Baidu refleja una evolución clara: lejos de ser solo un comprador de chips, China se está posicionando como un competidor capaz, con su propia visión y estrategia a largo plazo en el competitivo mundo de la IA.








