La disputa comercial entre Estados Unidos y China ha alcanzado un nuevo nivel de tensión con la decisión del Gobierno de Xi Jinping de suspender la recepción de nuevos aviones de Boeing, así como de equipos y piezas aeronáuticas estadounidenses. Este movimiento, que sigue a la imposición de aranceles del 125% a productos estadounidenses, supone un golpe significativo para Boeing, en un momento en el que se prevé que China representará el 20% de la demanda global de aeronaves en las próximas dos décadas. Las acciones de Boeing respondieron negativamente con una caída del 2,5% antes de la apertura del mercado. Aunque el presidente Trump ha mostrado flexibilidad en el pasado al revertir aranceles, el enfrentamiento actual deja a Boeing atrapado en medio de una lucha económica que amenaza su presencia en uno de sus principales mercados. Mientras tanto, las aerolíneas chinas continúan necesitando mantenimiento para los cientos de aviones de Boeing que operan actualmente.
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