La clonación de Maya, el primer lobo ártico clonado del mundo, marca un hito en la biotecnología y la conservación de especies. Creada por Sinogene Biotechnology en Pekín, esta loba es resultado de la transferencia nuclear de células somáticas, usando una muestra de piel del lobo original y gestada por una perra beagle. Aunque la clonación busca preservar especies amenazadas frente al cambio climático, algunos científicos expresan dudas éticas y de salud sobre esta técnica. El proceso simboliza un intento proactivo de conservación, pero también evidencia la urgencia de abordar las causas de la extinción masiva, como la pérdida de hábitat y la contaminación, para proteger la biodiversidad.
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