A la hora de someterse a un tratamiento de medicina estética, el diagnóstico previo es fundamental para garantizar un resultado óptimo. En este sentido, ponerse en manos de un especialista con experiencia se convierte en una necesidad ineludible. La doctora Raquel Sáez, de la clínica Medicina Estética Lago, comparte algunas claves esenciales a tener en cuenta antes de decidirse por un tratamiento estético.
Uno de los primeros y más importantes pasos es la evaluación completa de los volúmenes faciales y la estructura de la piel. La doctora Sáez subraya que este análisis debe incluir todas las capas del rostro: hueso, músculo, grasa y piel. «Los factores más importantes que debemos considerar en un diagnóstico facial son los volúmenes faciales. Es crucial comprobar que cada capa mantenga su volumen correcto, especialmente en el tercio medio, ya que es el que proporciona soporte al resto de las estructuras faciales,» explica Sáez.
El diagnóstico adecuado es la parte más crucial de toda consulta, no solo influye en la elección del tratamiento, sino también en la selección del producto a utilizar. Un diagnóstico incorrecto puede llevar a situaciones indeseadas, como el síndrome «Overfilled», caracterizado por un exceso de volúmenes faciales. La doctora Sáez insiste en que «sumar el tratamiento con el producto adecuado a un buen diagnóstico y una correcta relación de confianza médico-paciente es la clave para obtener buenos resultados.»
Para lograr un diagnóstico preciso, la doctora Sáez destaca la importancia de una entrevista médica detallada que recoja información sobre la historia clínica, hábitos de vida y tratamientos previos. Igualmente fundamental es escuchar las preocupaciones del paciente: «A partir de ahí, realizar un análisis exhaustivo del rostro prestando especial atención a los volúmenes, la estructura, la calidad de la piel y la armonía de los rasgos; sin olvidar nunca el perfil del paciente.»
La historia clínica del paciente juega un papel determinante en el proceso de diagnóstico. No solo deben considerarse los antecedentes patológicos, sino también los tratamientos estéticos previos y el tipo de productos utilizados. Esto es especialmente relevante en casos de patologías autoinmunes, que pueden complicar los tratamientos estéticos si no se abordan adecuadamente desde el diagnóstico. La doctora Sáez enfatiza la importancia de la sinceridad con el paciente: «Es crucial aclarar hasta dónde podemos llegar y de qué manera».
Asimismo, la doctora Sáez subraya que el enfoque del tratamiento debe adaptarse a las diferencias anatómicas entre hombres y mujeres. «No se puede tratar de la misma manera un pómulo en un hombre que en una mujer, ni un labio, ni una mandíbula, ni siquiera un tratamiento para las arrugas de expresión se coloca de la misma manera», señala la especialista, destacando que tanto la estructura anatómica como el proceso de envejecimiento varían significativamente entre géneros.
El tipo de piel es otro factor crucial para una correcta planificación del tratamiento. La doctora Sáez categoriza tres tipos principales de piel: «Una piel fina, y muchas veces deshidratada, se beneficiará enormemente de ciertos tratamientos de redensificación e hidratación. En cambio, una piel gruesa y pesada suele desarrollar flacidez, por lo que un buen soporte del tercio medio será imprescindible, utilizando un ácido hialurónico que soporte y proyecte adecuadamente».
Con estos aspectos en mente, los pacientes obtienen una guía clara y precisa sobre la importancia del diagnóstico previo en los tratamientos estéticos, lo que subraya la necesidad de acudir a especialistas capacitados y con experiencia en el campo.
