Las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Cantabria, Extremadura y Murcia se preparan para enfrentar disputas significativas relacionadas con el control y la regulación de la producción orgánica. Estas diferencias surgen en medio de un creciente interés por los productos ecológicos y las estrictas normativas vigentes que buscan garantizar su autenticidad y calidad. Las disputas reflejan la tensión entre las partes interesadas, incluyendo agricultores, asociaciones ecológicas y autoridades regionales, sobre cómo gestionar de manera eficaz y equitativa este sector en expansión, asegurando al mismo tiempo la confianza de los consumidores y el acceso justo al mercado.
Leer noticia completa en El Mundo.