Las ciudades icónicas como Nueva York, Los Ángeles o la Toscana se han convertido en tropos visuales debido a su constante presencia en series y películas, moldeando nuestra percepción del mundo y excluyendo otros lugares de nuestro imaginario. Este fenómeno, impulsado por plataformas como Netflix, simplifica culturas y actúa como un panfleto turístico. Sin embargo, películas como «La invasió dels bàrbars» de Vicent Monsonís desafían esta tendencia, mostrando espacios personales y locales como la Plaza Mayor de Nules, evocando una conexión emocional profunda con lugares cotidianos que rara vez figuran en el arte popular. Esto resalta la importancia de incluir estos escenarios en el arte para reflexionar sobre nuestra realidad. El filme es un llamado a reconocer y valorar los espacios obreros, fundamentales para comprender nuestras vidas.
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