Citroën ha ordenado a más de 230,000 propietarios en el norte de Francia que dejen de usar sus vehículos debido a fallos en los airbags fabricados por Takata. La advertencia inicial de revisión se intensificó a una inmovilización tras detectar una «degradación acelerada» en uno de los dispositivos. Este problema, que ha causado al menos 12 muertes en Francia, afecta a los modelos C3 y DS3 vendidos entre 2008 y 2013. En respuesta, las plantas de Stellantis, conglomerado del que Citroën es parte, ya programan citas para sustituir los airbags defectuosos. En medio de las vacaciones de invierno, la situación erige un considerable desafío logístico para los afectados. Además, el escándalo ha suscitado acciones legales por parte de asociaciones de consumidores, que acusan a Stellantis de prácticas engañosas y negligencia prolongada.
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