En el verano de 1877, Antonio Maura Montaner, un joven abogado mallorquín, viajó a Boecillo para resolver asuntos laborales junto a su jefe Germán Gamazo. Durante su estancia, inició un romance con Constancia, hermana de Germán, quien le impuso dos condiciones: no cazar ni involucrarse en política. La relación culminó en matrimonio en la primavera de 1878, simbolizando una unión de intereses profesionales y políticos que reflejaba el cambio hacia la modernidad en España. Con el tiempo, Antonio y Constancia formaron una familia numerosa con diez hijos, consolidando su linaje cuando su hijo primogénito, Gabriel, nació. Más tarde, se establecieron en Madrid y su última residencia se convirtió en la sede de la Fundación Antonio Maura. A lo largo de sus vidas, Antonio y Constancia mantuvieron un matrimonio sólido y comprometido, destacándose Maura por sus logros profesionales y políticos en un contexto donde su éxito individual era inusual.
Leer noticia completa en OK Diario.
