A las 5.30 p.m. del miércoles en Colombia, las activistas Luna Valentina Barreto y Manuela Bedoya perdieron comunicación con el equipo en tierra de la Flotilla Global Sumud que se dirigía a Gaza. Este corte, parte de un protocolo de seguridad, ocurrió ante la inminente interceptación por la marina israelí en aguas internacionales. La flotilla, con más de 500 activistas, había partido de Barcelona en septiembre para entregar ayuda humanitaria en Gaza, pero fue abordada por comandos israelíes que apuntaron sus armas a los tripulantes. Las tensiones diplomáticas entre Colombia e Israel se intensificaron tras el incidente, con el presidente Gustavo Petro calificando el abordaje como «secuestro» y decretando la expulsión de la delegación diplomática israelí en Bogotá. Barreto y Bedoya fueron trasladadas al puerto de Ashdod, aunque el acceso a información sobre su situación es limitado. Los activistas, entre quienes destacaban figuras como Greta Thunberg y Mandla Mandela, enfrentan procedimientos de deportación mientras denuncian la falta de acceso a abogados. La Cancillería colombiana, con relaciones tensas con Israel, busca apoyo internacional para su liberación.
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