En el corazón de una lujosa villa en la exclusiva urbanización de La Moraleja, Madrid, un vestidor ha capturado la atención tanto de diseñadores de interiores como de los aficionados a la moda. Este espacio, perteneciente a una influyente empresaria del sector tecnológico, es considerado un auténtico santuario de estilo.
Con una extensión que supera los 70 metros cuadrados, el vestidor se distingue por ser un espacio amplio y luminoso, diseñado con un gusto exquisito y repleto de funcionalidades que son un capricho cotidiano. Cada rincón parece haber sido cuidadosamente planeado para ofrecer no solo almacenamiento, sino también una experiencia inigualable.
Las paredes de roble blanco, que emiten calidez, crean un ambiente acogedor. El suelo, de mármol de Carrara, resplandece bajo la luz natural que se cuela por las amplias ventanas que permiten vistas al jardín circundante. En el centro, un glamuroso candelabro de cristal agrega un toque de elegancia clásica al lugar.
No obstante, lo que realmente diferencia a este vestidor es la meticulosa organización y la tecnología que integra. Controlar la iluminación y la temperatura es tan sencillo como deslizar un dedo sobre una pantalla táctil. Además, los estantes y percheros eléctricos hacen que las prendas ubicadas en las alturas sean de fácil acceso, optimizando así el espacio vertical.
El vestidor también dedica un área exclusiva para accesorios, donde se alinean zapatos, bolsos y joyas, cada uno acentuado por luz LED que resalta su belleza. En el centro, una isla con encimeras de vidrio guarda con delicadeza relojes y pañuelos de seda en elegantes cajas de terciopelo.
Sin embargo, este vestidor de ensueño no es solo una pieza de almacenamiento, sino también un espacio para el relax. Una butaca de diseño minimalista junto a un pequeño minibar ofrecen el entorno ideal para disfrutar de una copa de vino tras un agotador día.
La propietaria comenta que este vestidor, más allá de reflejar su pasión por la moda, es también su refugio personal dentro del hogar, un rincón donde puede desconectar y deleitarse con el arte de vestirse. Sin duda, este vestidor ha puesto un alto estándar de lujo y funcionalidad que muchos desearían tener en su hogar.
