España enfrenta temperaturas superiores a 40 grados durante el verano, lo que no solo afecta la conducción, sino también la salud de los vehículos, especialmente híbridos y eléctricos. Según Autospecial y Norauto, el calor puede aumentar averías y visitas al taller al secar el ácido de las baterías, evaporar líquidos esenciales como el refrigerante y provocar el desgaste prematuro de neumáticos. Además, el calor deteriora sistemas de frenos, alternadores y componentes electrónicos. Se recomienda evitar estacionar en zonas soleadas, usar fundas protectoras, realizar revisiones periódicas y mantener el aire acondicionado para minimizar daños. Estas medidas pueden asegurar el funcionamiento óptimo de los vehículos durante el verano.
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