La relación entre España y Estados Unidos enfrenta tensiones a raíz de un contrato del Gobierno de Pedro Sánchez con Huawei, que involucra el almacenamiento de escuchas telefónicas. Los congresistas cercanos a Donald Trump ven esto como un acercamiento a China y un riesgo para la seguridad de los aliados, dado el vínculo de Huawei con el Partido Comunista Chino. Washington ha manifestado su preocupación, y posibles represalias incluyen restricciones en cooperación y reevaluación de relaciones bilaterales, un precedente que recuerda las tensas relaciones de EE.UU. con Sudáfrica. Este contexto se da mientras la Administración Trump prioriza el reparto de responsabilidades entre aliados, una política que no parece haber sido considerada por España, generando fricciones tanto en Washington como en Bruselas.
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