La película «Cónclave», dirigida por Edward Berger, se encuentra entre las favoritas para los premios Oscar y presenta una interpretación ficcional, aunque bien documentada, de la elección de un nuevo Papa tras la muerte del pontífice, reflejando las actuales tensiones internas de la Iglesia Católica. Basándose en la obra de Robert Harris, la película capta con precisión rituales y protocolos del cónclave, si bien acomoda ciertas libertades narrativas, como exagerar las distancias dentro del Vaticano. La crítica italiana ha destacado tanto sus detalladas reflexiones sobre la actualidad del Vaticano como los clichés inevitables que pueden resultar caricaturescos. Asimismo, la figura del cardenal decano, interpretada por Ralph Fiennes, y la dinámica de poder y alianzas dentro del colegio cardenalicio se muestran con veracidad, aludiendo indirectamente a situaciones contemporáneas en la Iglesia. Con una narrativa que evoca la elección de Juan Pablo II en 1978, la película ilustra la amplia división entre los bloques progresistas y conservadores, anticipando un posible reflejo de cómo podría desarrollarse el próximo cónclave. Además, aborda temas tan contemporáneos como los abusos en la Iglesia, mostrando la complejidad y el intercambio de información entre los cardenales en la búsqueda de un nuevo líder.
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