El Mallorca enfrenta dificultades en el tramo final de la liga, evidenciando un cansancio físico y mental. Jugadores y entrenadores como Arrasate y Sergi Darder admiten que el equipo superó sus posibilidades en la primera mitad de la temporada. Alfonso Díaz, en un rol que correspondería a Pablo Ortells, toma protagonismo mientras los aficionados se alejan del club. La directiva ha empeorado la plantilla esperando que distintos entrenadores, como García Plaza, Aguirre y ahora Jagoba, logren resultados imposibles. Aunque la clasificación aparenta solidez, se debe a un esfuerzo insostenible. Las ilusiones europeas son un espejismo frente a la realidad de un proyecto limitado por su enfoque empresarial.
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