El concurso Young European Heritage Makers, conocido como Jóvenes Artífices del Patrimonio Europeo, es una destacada iniciativa del Consejo de Europa destinada a involucrar a las nuevas generaciones en las Jornadas Europeas de Patrimonio (JEP). Este certamen no solo busca dar voz a los niños y adolescentes, sino también invitarlos a explorar y reflexionar sobre lo que el patrimonio significa para ellos.
La edición de 2025 se centrará en el lema “Patrimonio arquitectónico”, abarcando una interpretación amplia que incluye lo cultural, natural y digital. Este evento se plantea con un enfoque claro: despertar el interés del alumnado por el patrimonio local, fomentando su participación activa y creativa.
Aspectos esenciales de la convocatoria:
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Finalidad: El objetivo principal es motivar a los estudiantes para que se involucren de manera activa en la exploración de su patrimonio local. 
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Categorías: - Para la franja de edad de 6 a 11 años, se aceptan dibujos, fotos o pinturas acompañadas de un texto de hasta 800 palabras, sin inclusión de vídeos.
- Para los jóvenes de 11 a 17 años, se podrán presentar vídeos de hasta 3 minutos o trabajos visuales con texto también de hasta 800 palabras. Es importante mencionar que los grupos deben estar compuestos por 2 a 4 participantes para los premios europeos.
 
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Mentores/tutores: Cada proyecto deberá contar con la supervisión de un mentor, quien guiará y orientará a los participantes, asegurando que la autoría sea original de los estudiantes. 
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Calendario: Los proyectos podrán presentarse entre el 1 de septiembre y el 15 de diciembre de 2025. 
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Premios: Todas las historias seleccionadas se publicarán en la web europea, lo que otorgará visibilidad internacional. Los ganadores de 6 a 11 años recibirán diplomas, mientras que los de 11 a 17 años serán invitados junto a su tutor a Estrasburgo en mayo de 2026, donde tendrán la oportunidad de presentar su trabajo en el Consejo de Europa. 
Este concurso ofrece la posibilidad de enriquecer el trabajo en el aula y proyectar la labor educativa de los centros a nivel europeo. Entre sus principales beneficios destacan:
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Motivación para el alumnado: Proporciona un espacio donde niños y jóvenes pueden expresar su propia visión del patrimonio y, en el caso de los mayores, representar a España en Europa. 
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Aprendizaje curricular transversal: La participación se puede integrar en diversas asignaturas, desarrollando competencias clave como la creatividad, la comunicación y el dominio del inglés. 
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Visibilidad europea: Los proyectos que cumplan con las bases serán publicados en la web oficial del Consejo de Europa y la Comisión Europea. 
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Prestigio institucional: Las instituciones educativas podrán difundir su participación en sus plataformas y redes sociales, y los proyectos premiados tendrán un respaldo adicional por parte del Ministerio de Cultura. 
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Experiencia internacional: Los equipos ganadores de la categoría 11-17 tendrán la oportunidad de viajar a Estrasburgo en mayo de 2026 para presentar su proyecto y conocer a otros jóvenes de diversas nacionalidades. 
Como ejemplo del impacto que este concurso puede tener, podemos mencionar los proyectos españoles que fueron premiados en la edición anterior. Uno de ellos fue “La maceta que salva el planeta”, un vídeo musical creado por cuatro jóvenes de Onda, que fusionó el patrimonio cerámico local con creatividad y sostenibilidad. Otro, “Guardianes del Patrimonio en La Rioja”, involucró a escolares en un estudio de su patrimonio local a través de dibujos, maquetas y cuentos, culminando en un evento educativo celebrado en el Monasterio de San Millán de la Cogolla.
Estos ejemplos ilustran cómo el concurso no solo fomenta el aprecio por la herencia cultural, sino que también construye la identidad europea a través de la participación activa de las nuevas generaciones.
Fuente: ANPE Andalucía.
 
