El reciente asesinato del líder de Hizbulá, Hasán Nasralá, en un ataque israelí en Beirut y la represalia de Irán con el lanzamiento de 181 misiles sobre Israel han intensificado las tensiones en Oriente Próximo, acercando la región a una potencial guerra abierta entre Irán e Israel. A lo largo de los años, Irán ha creado una red de aliados en la región, denominados el «Eje de la Resistencia», que incluye a Hamás, Hizbulá y otras milicias respaldadas por Teherán. En respuesta a los ataques de Hamás, Israel ha emprendido ataques aéreos y una incursión terrestre en Gaza, esgrimiendo la amenaza iraní como justificación. Simultáneamente, Estados Unidos ha reforzado su presencia militar en la región para proteger intereses estratégicos y mantener la seguridad ante las crecientes tensiones. Mientras que países árabes han normalizado relaciones con Israel mediante los Acuerdos de Abraham, las acciones de Hamás han frenado las conversaciones con Arabia Saudí, complicando los equilibrios diplomáticos en una región marcada por conflictos históricos.
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