En un giro inusual en el conflicto, las fuerzas identificadas como «Tropas de la Z» han adoptado tácticas inusuales utilizando carritos de golf y motocicletas para ejecutar sus ataques, en respuesta a la significativa destrucción de sus vehículos blindados. Este cambio hacia métodos más económicos y menos convencionales destaca no solo la disminución de sus recursos militares tradicionales, sino también una adaptabilidad estratégica en el campo de batalla. Estas acciones reflejan la necesidad de maximizar el impacto con recursos limitados, mientras intentan mantener su influencia en un contexto cada vez más desafiante y devastador para su infraestructura bélica.
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