Las crecientes tensiones geopolíticas, junto con un aumento del gasto militar, han impulsado un récord en las ventas del sector armamentístico a nivel mundial. Este incremento ha sido especialmente notable en Estados Unidos y Europa, donde los gobiernos han incrementado significativamente sus presupuestos de defensa en respuesta a las amenazas regionales e internacionales. La demanda de sistemas de defensa avanzados y tecnología militar ha elevado las cifras de ventas, reflejando un panorama mundial cada vez más marcado por la incertidumbre y la inestabilidad.
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