En el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau, los actos en Oświęcim, Polonia, destacan por la presencia de supervivientes del Holocausto, sin discursos de líderes políticos, salvo unas palabras del presidente polaco, Andrzej Duda. Siguiendo el principio de mantener la política fuera de Auschwitz, líderes como Benjamin Netanyahu y Vladimir Putin no están presentes, siendo reemplazados por representantes de menor rango. La conmemoración subraya la importancia de preservar la memoria del Holocausto ante el decreciente número de supervivientes, alrededor de 50, que aún pueden testificar sobre los horrores vividos. En este contexto, el museo de Auschwitz resalta el simbólico vagón de carga usado para transportar a los prisioneros, recordando a los 420,000 judíos húngaros enviados a la muerte. La reunión internacional enfatiza la necesidad de vigilar contra la xenofobia y la indiferencia ante la injusticia, una advertencia resurgida en el emotivo discurso del superviviente Marian Turski en conmemoraciones pasadas.
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