El presidente taiwanés, William Lai, reafirmó el compromiso de Taiwán de defender su soberanía y mantener la paz regional, en un contexto de tensiones crecientes con China, que realiza maniobras militares significativas. Taiwán ha comenzado ejercicios militares simulando una invasión china, incorporando por primera vez armas avanzadas como los lanzacohetes HIMARS de Estados Unidos. Estos ejercicios buscan fortalecer la resiliencia urbana y las capacidades defensivas ante un posible conflicto con China, que acusa a Lai de tener una agenda separatista. Paralelamente, en el escenario político, Taiwán enfrenta un clima tenso debido a posibles votaciones revocatorias que podrían alterar el equilibrio de poder en la Asamblea Legislativa a favor del partido gobernante, lo cual podría intensificar la presión china.
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