La reciente ceremonia de los Globos de Oro en el Hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, conducida por la actriz y cómica Nikki Glaser, fue marcada por la ausencia de claros favoritos y una notable diversidad en los galardones. La sorpresa más destacada de la noche fue Fernanda Torres, quien se alzó con el premio a mejor actriz protagonista, reflejando un espíritu renovado tras controversias pasadas del evento. Zoe Saldaña y Kieran Culkin también emergieron como potenciales candidatos al Oscar, mientras que la película «The Brutalist» acaparó la atención al ganar mejor dirección. Los galardones en televisión se alinearon con los recientes Emmy, destacando «Shogun» y éxitos en comedia como «Hacks». La gala, aunque menos controvertida que en ediciones anteriores, cumplió con su rol esperado de espectáculo y su influencia indirecta en la temporada de premios.
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