La época festiva suele presentarse como una etapa idílica llena de luces, regalos y reuniones familiares, acompañada de películas con desenlaces felices. Sin embargo, detrás de esta fachada se esconde una realidad más compleja marcada por un exceso de estímulos, obligaciones sociales y una montaña rusa de emociones. Estos elementos pueden generar un desgaste emocional significativo, obligando a muchas personas a navegar entre las expectativas y la presión que supone esta temporada, planteando la necesidad de encontrar un equilibrio para disfrutar auténticamente de las festividades.
Leer noticia completa en El Mundo.


