El ministro de Asuntos Exteriores ha efectuado recientemente tres cambios en embajadas clave con el objetivo de facilitar la mudanza de una pareja amiga. Este movimiento ha generado discusiones sobre el uso de recursos oficiales para fines personales, suscitando críticas por parte de la oposición y de sectores que cuestionan la ética detrás de estas decisiones. Ajustes diplomáticos de esta naturaleza suelen ser analizados en términos de política exterior, pero en esta ocasión han tomado un matiz personal y polémico.
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