Kim Kardashian testificó ante un tribunal en París sobre el traumático robo que sufrió en 2016, donde temió por su vida al ser atada y amenazada con armas de fuego. Describió el miedo intenso de ser violada o asesinada mientras los ladrones le apuntaban y robaban joyas por un valor de 10 millones de dólares. Agradeció a las autoridades francesas la oportunidad de compartir su experiencia, que cambió su percepción de seguridad, obligándola a aumentar su equipo de protección. Diez hombres, conocidos como los «abuelos ladrones», enfrentan juicio por este asalto, mientras un equipo de rodaje documenta el proceso.
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