En la Franja de Gaza, la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF) es acusada de convertir los centros de distribución de alimentos en «trampas mortales», según un informe de Médicos Sin Fronteras (MSF). La ONG denuncia una estrategia sistemática de violencia, donde disparos a civiles y niños hambrientos son frecuentes. Desde que se implementó este sistema, más de 1.000 personas han muerto y 7.200 han resultado heridas, en un contexto descrito como «un laboratorio de crueldad». A pesar de estas denuncias, el embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, planea ampliar las operaciones de GHF, vista por EE. UU. como una respuesta a posibles desvíos de ayuda. MSF exige el cese del programa y una investigación internacional por posibles crímenes de guerra.
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