Corea del Sur y Japón han detectado recientemente pruebas balísticas realizadas en la región, lo que ha incrementado las tensiones en el área. Ambas naciones han estado monitoreando de cerca el desarrollo de estas actividades, que podrían desestabilizar la seguridad regional y aumentar la preocupación internacional. Las autoridades de Seúl y Tokio han manifestado su intención de coordinar respuestas y medidas de seguridad para enfrentar la creciente amenaza, mientras la comunidad internacional observa con atención los posibles desarrollos de esta situación.
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