España enfrenta un problema creciente de robos en instalaciones de energías renovables, impulsados por organizaciones criminales cada vez más sofisticadas. Según un estudio de BauWatch, el 66% de los profesionales ha observado un incremento significativo en estos delitos, que amenazan inversiones millonarias en el sector. Los ladrones actúan con profesionalismo, focalizándose en componentes valiosos como el cableado de cobre, y las empresas sufren no solo pérdidas económicas directas, sino también retrasos y sobrecostes. Ante esta situación, se está reforzando la seguridad con tecnología avanzada, incluidas soluciones de videovigilancia con inteligencia artificial. Además, las autoridades trabajan en coordinación para frenar el mercado negro del cobre. La seguridad en las renovables se presenta como un desafío crucial para cumplir los objetivos de descarbonización sin comprometer la transición energética del país.
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