Las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza han intensificado una crisis humanitaria que ya era alarmante. Según reportes del Ministerio de Sanidad, el conflicto ha cobrado la vida de más de 43.000 personas, incluidos 13.500 niños. La ONU ha advertido que las condiciones están lejos de mejorar, especialmente en el norte de Gaza, donde cerca de 100.000 personas se encuentran atrapadas en situaciones críticas, mientras el personal médico enfrenta detenciones y la falta de suministros básicos ahoga cualquier intento de respuesta sanitaria.
Durante los 23 días de asedio, las muertes se acumulan a un ritmo devastador, y la responsable de ayuda humanitaria de la ONU ha calificado la situación como un «flagrante desprecio por la humanidad básica», instando a un cese inmediato de las operaciones militares. El hospital Kamal Adwan de Beit Lahia lucha por mantenerse operativo, con el Ministerio de Sanidad solicitando desesperadamente la asistencia de cualquier persona con habilidades quirúrgicas.
Por su parte, se avecinan retos adicionales para la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que enfrenta la amenaza de paralización de sus actividades si el parlamento israelí aprueba nuevas leyes. Estos cambios legislarían la detención total de operaciones de la Agencia en áreas críticas como Jerusalén oriental y revocarían exenciones esenciales para su operación. Philippe Lazzarini de la UNRWA advirtió que, de concretarse, estas medidas podrían desintegrar cualquier respuesta humanitaria ya debilitada en Gaza.
No obstante, la UNRWA sigue adelante, brindando apoyo educativo a los niños de Gaza y haciendo un llamamiento urgente para un alto al fuego en beneficio de los más jóvenes que sufren este conflicto.
La violencia se extiende más allá de Gaza, con el sur de Líbano también afectado; al menos 21 personas han fallecido en recientes ataques israelíes. La UNIFIL, la fuerza de paz de la ONU en el área, continúa sus esfuerzos de monitoreo ante la creciente tensión.
En el ámbito internacional, las tensiones entre Israel e Irán se intensifican, influyendo en una serie de acciones de represalia que ahora incluyen operaciones dentro de Teherán. Ante el agravamiento de la situación, el Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado urgentemente por Argelia, China y Rusia, en un esfuerzo por abordar esta escalada que amenaza con desestabilizar aún más la región.
