La crisis humanitaria en Gaza se intensifica con un bloqueo que impide el acceso a alimentos y suministros vitales, mientras el sistema de distribución colapsa. Desde mayo, cientos han muerto, con cifras alarmantes que incluyen 113 decesos por desnutrición este año, 28 de ellos niños solo en julio. La OMS clasifica la situación como una hambruna de origen humano en Fase 5, indicativa de colapso social y muertes masivas. Miles de menores sufren malnutrición, y mujeres y ancianos enfrentan deficiencias severas. Aunque toneladas de ayuda humanitaria esperan en las fronteras, las restricciones israelíes complican su entrada, exacerbando una de las peores emergencias del siglo. Ante la presión internacional, algunos políticos europeos exigen sanciones contra Israel, destacando que la hambruna refleja decisiones políticas más que azares del destino. La comunidad internacional busca, sin éxito hasta ahora, acuerdos para frenar el desastre.
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