El CEO de Cupra, Wayne Griffiths, ha advertido sobre el impacto negativo de los aranceles del 21% impuestos por la Comisión Europea a los vehículos eléctricos importados desde China, lo que podría poner en riesgo el proyecto del nuevo Cupra Tavascan y la viabilidad de la empresa. Los aranceles incrementarán el precio de cada coche en 10.000 euros, afectando su competitividad y forzando a la compañía a considerar una producción no rentable. La fabricación del Tavascan en China, en colaboración con Anhui Jianghuai Automobile Group (JAC), fue una decisión previa a la imposición de estos aranceles, y relocalizar la producción en Europa sería inviable debido a las inversiones ya realizadas. Además, la situación podría repercutir negativamente en las plantas de producción en Martorell, obligando a reducir la producción de coches de combustión para cumplir con los niveles de CO2 de la UE. Griffiths ha instado a la Comisión Europea y al Gobierno español a reconsiderar su postura sobre los aranceles para salvaguardar el futuro del proyecto y de la compañía.
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