En un momento marcado por una desaceleración del crecimiento económico y una inflación moderada, la Reunión Anual del Foro Económico Mundial (FEM) ha comenzado con un enfoque en «Repensar el crecimiento». Bajo el lema «Colaboración para la Era Inteligente», líderes mundiales y expertos se dan cita para discutir nuevas vías hacia un desarrollo económico sostenible, inclusivo y resiliente.
De acuerdo con las perspectivas del Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que el crecimiento global para 2025 se mantenga en un 3,3%, inferior al promedio de las dos décadas anteriores. En paralelo, la inflación proyectada para este año es del 4,2%, con una reducción a 3,5% en 2026, lo que permitiría una mayor normalización de las políticas monetarias. Sin embargo, las proyecciones no son homogéneas a nivel global: mientras Estados Unidos muestra signos de un repunte económico a corto plazo, Europa y China afrontan retos significativos para mantener su ritmo de crecimiento. Estas diferencias subrayan la necesidad de enfoques diferenciados en la búsqueda de nuevas fuentes de desarrollo económico.
Durante el foro, se han identificado varios desafíos globales que obstaculizan el crecimiento económico. Entre ellos destacan las cargas de deuda en las economías en desarrollo, que han alcanzado el 206% del PIB, y la fragmentación geoeconómica, que, con la intensificación de tensiones comerciales y tecnológicas, amenaza la cooperación internacional. Asimismo, la transición hacia una economía baja en carbono se mantiene como un reto financiero considerable.
A pesar de estos obstáculos, el encuentro también ha puesto de manifiesto oportunidades emergentes en sectores como la economía digital, el comercio electrónico y las tecnologías espaciales. Según la Organización Mundial del Comercio, el valor de los servicios digitales ha logrado un crecimiento anual del 8% durante las últimas dos décadas, mostrando su potencial como motor clave del desarrollo económico.
En términos de agenda del foro, se destacan sesiones clave enfocadas en abordar estos temas, como “Futuro de la Economía Mundial: Productividad en 2030”, que analizará el papel de la innovación en la promoción del crecimiento sostenible. Otras sesiones notables incluyen “Navegando la Fragmentación del Sistema Financiero Global” y “Cerrar la Brecha: Financiando la Transición Hacia el Cero Neto”.
La innovación aparece como un pilar fundamental en las discusiones de este año. Las tecnologías espaciales, por ejemplo, tienen un potencial significativo con estimaciones que valoran la economía espacial en 1,8 billones de dólares para 2035. Asimismo, las monedas digitales y el comercio digital se perfilan como áreas con gran capacidad de transformación de los sistemas financieros y de optimización de cadenas de suministro.
El Foro Económico Mundial hace un fuerte llamado a los líderes globales para que reimaginen el crecimiento, promoviendo la inclusión y la sostenibilidad en sus modelos económicos. La Iniciativa sobre el Futuro del Crecimiento refuerza esta visión, instando a los responsables políticos a integrar la innovación y la equidad en sus estrategias económicas.
Indermit Gill, Economista Jefe del Banco Mundial, lo resume claramente: «No basta con recuperar el crecimiento. Debemos repensar nuestras estrategias para garantizar que sean resilientes, equitativas y sostenibles en el futuro».
Davos 2025 surge como un punto crucial en el diálogo sobre el crecimiento económico mundial. La apuesta por la innovación, la sostenibilidad y la cooperación internacional se presenta como el camino hacia un futuro inclusivo y resiliente en la Era Inteligente.
