La tranquila costa mallorquina se convirtió en el centro de atención con la detención de Santiago B., conocido como «El Santino», un reputado tatuador implicado en la Operación Enrique Manso Bal, acusado de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal. Junto a él, Javier M., empresario en el negocio de jabones, también fue arrestado por comprar cocaína. Ambos detenidos han sido enviados a prisión, mientras la investigación, que destapó una red de narcotráfico con vínculos en la vida empresarial y social de la isla, continúa. El caso revela la participación de figuras respetadas en el narcotráfico, destacándose vínculos con clanes históricos y potentes redes criminales.
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