La reciente ofensiva de los rebeldes sirios, liderados por la organización islamista Hayat Tahrir al Sham, ha tomado el control de Alepo, generando temor entre la minoría cristiana de la ciudad, que ha disminuido drásticamente de 200,000 a 30,000 fieles tras 13 años de guerra civil. El sacerdote argentino Hugo Alaniz describió el miedo inicial ante la retirada del régimen de Asad, previamente visto como protector, pero señaló que la situación se ha estabilizado parcialmente gracias a mensajes conciliadores de los nuevos dirigentes. Sin embargo, persiste la incertidumbre sobre el futuro, marcada por la subida de precios y una nueva era política que levanta más interrogantes que certezas para los habitantes de Alepo. A pesar de una histórica convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes en la región, el actual clima de inestabilidad mantiene en vilo las esperanzas de una comunidad que aspira a vivir su fe de manera digna y en paz.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.