Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, enfrenta una compleja situación política al intentar equilibrar su apoyo a Israel y a Donald Trump con la creciente presión interna y la indignación pública por la ofensiva israelí en Gaza. La reciente decisión de enviar fragatas al Egeo, tras el ataque a la Global Sumud Flotilla, muestra su esfuerzo por proteger a los ciudadanos italianos sin romper lazos estratégicos con Israel y EE. UU. Mientras Roma enfrenta críticas internas, tanto de manifestaciones masivas como de diplomáticos que acusan un aval implícito a las acciones israelíes, Meloni sigue condicionando el reconocimiento del Estado palestino a la liberación de rehenes y la exclusión de Hamás del poder, postura que refleja su alineamiento con Israel. Las tensiones crecen, y el equilibrio diplomático de Italia es cada vez más insostenible.
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