Las autoridades de Madrid han intensificado los controles de tráfico en el centro de la ciudad para reducir la alta contaminación, medida que forma parte del nuevo plan ambiental «Madrid Respira». Los conductores tendrán que enfrentarse a restricciones más severas, incluyendo limitaciones de acceso y estacionamiento para vehículos más contaminantes. Durante las primeras horas de implementación, se ha observado una reducción del 15% en la circulación de coches y una considerable mejora en la calidad del aire, según los datos preliminares ofrecidos por el Ayuntamiento. Esta iniciativa responde a la presión creciente por mejorar la salud pública y cumplir con las normativas europeas sobre emisiones.
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