El centro enfrenta múltiples acusaciones que ponen en duda tanto sus condiciones como el trato que reciben los residentes. Estas denuncias abren un debate sobre la calidad de los servicios y el respeto a los derechos de las personas que allí habitan, generando preocupación entre familiares y autoridades. La situación resalta la necesidad de una supervisión más cercana y medidas para garantizar el bienestar y la dignidad de todos los involucrados.
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