La reciente partida de Pat Gelsinger como CEO ha dejado a Intel en una encrucijada estratégica, especialmente en lo que respecta al futuro de su división de fabricación, conocida como Intel Foundry. Con la compañía navegando en aguas inciertas, los co-CEOs provisionales, Michelle Johnston Holthaus y David Zinsner, tienen opiniones encontradas sobre si la escisión de la división es el movimiento adecuado para el gigante tecnológico.
Durante la 22ª Conferencia Tecnológica Global Anual de Barclays, Holthaus expresó su escepticismo respecto a una separación completa de la división de fabricación. En su discurso, argumentó que una integración vertical proporciona a Intel una ventaja competitiva crucial. «Unos productos excelentes con un proceso de fabricación de vanguardia, al que tenemos acceso prioritario, es un factor diferenciador», afirmó Holthaus, destacando la importancia de mantener una relación estrecha entre el desarrollo de productos y la capacidad de fabricación.
En contraste, Zinsner, quien mantiene una posición más abierta, señaló que el debate sobre la independencia de Intel Foundry sigue en curso. Aunque había estado alineado con la estrategia de Gelsinger de consolidar a Intel como un líder en la fabricación de chips, Zinsner reconoció que la posibilidad de escindir la división sigue siendo «una cuestión abierta».
Como parte de este proceso, está prevista la transformación de Intel Foundry en una subsidiaria con su propio consejo operativo y sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) independiente. Zinsner aseguró que este camino ya está en marcha y, aunque se encaminan hacia una mayor autonomía, no descartó un eventual desmembramiento completo.
Una potencial independencia de la división de fabricación abre la puerta a una oferta pública inicial, aunque la rentabilidad de esta operación es incierta. La tecnología de fabricación de Intel, pese a ser competitiva, no es la más avanzada del mercado, lo cual podría afectar la valoración de una posible salida a bolsa.
En el ámbito técnico, Intel está enfocada en avanzar su tecnología de proceso de 18A, buscando mejorar la densidad de defectos y el rendimiento. La empresa ha recibido un número significativo de solicitudes de propuestas de clientes, aunque aún es temprano para hablar de pedidos concretos. Se anticipa que Intel proporcionará una actualización sobre estos avances durante su informe de resultados a finales de enero.
La decisión sobre el futuro de Intel Foundry estará eventualmente en manos del consejo de administración o del próximo CEO de la compañía. Con la compañía y la industria tecnológica observando con atención, el camino que elija Intel no solo definirá su propia trayectoria, sino también su posición en el competitivo panorama global de semiconductores.