En la puerta de los colegios es común escuchar a abuelos que, en tono de broma, afirman que si cobraran por cuidar a sus nietos serían millonarios. Los abuelos son un pilar esencial para la conciliación familiar, especialmente en situaciones de precariedad o familias monoparentales, donde asumen una responsabilidad que no siempre desean. Sin embargo, este papel fundamental puede convertirse en una carga, conocida como el “síndrome de los abuelos esclavos”, al tener que cuidar de los nietos sin haberlo solicitado. La discusión sobre si deberían recibir compensación económica está presente y tiene argumentos a favor y en contra. Quienes apoyan el pago sostienen que cuidar niños es un trabajo que debe valorarse económicamente, mientras que quienes se oponen consideran que el amor y la compañía que ofrecen son la verdadera recompensa. En todo caso, muchos ven en la relación con los nietos una fuente de alegría y vitalidad.
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