Ayer tuvo lugar un debate parlamentario que, lamentablemente, no ofreció nada nuevo. Un recital de orgullo por el sistema público y declaraciones optimistas del Gobierno, contrapuestos a las duras críticas de la oposición. Sin embargo, el tiempo de las palabras ha quedado atrás; es necesario actuar.
La comparecencia de Antonio Sanz en el Parlamento andaluz, junto con sus encuentros con sindicatos, colegios y asociaciones, demuestra una preocupación real de la Junta por la situación de la sanidad pública en Andalucía. Para enfrentarse a un problema, es fundamental primero reconocerlo. El nombramiento del nuevo consejero y sus primeras acciones sugieren un cambio significativo en la postura del Gobierno en cuestiones de salud. No obstante, este cambio debe traducirse rápidamente en decisiones audaces y medidas concretas.
El debate del 22 de octubre sobre la sanidad pública en Andalucía fue relevante por lo que se discutió y, más criticamente, por lo que se omitió. No hubo mención alguna a la alarmante escasez de médicos en el SAS, un tema cuyo peso es innegable y los datos son esclarecedores.
Entre 2020 y 2024, la plantilla del SAS experimentó un aumento del 15.2%, aunque este crecimiento fue desigual. Mientras que la enfermería creció un 19%, la de facultativos solo lo hizo en un 12.5%. Es más, el número de médicos de familia aumentó apenas un 6%, similar al de farmacéuticos y veterinarios, y los pediatras incluso vieron una reducción del 5.6%. Solo los facultativos especialistas de área (FEA) lograron superar la media general con un aumento del 20%.
A pesar de que la plantilla de enfermería ha crecido considerablemente en los últimos años, esto no significa que todos los sectores estén bien atendidos. Las carencias en facultativos son evidentes y, aunque se resalte el incremento del personal, esto apenas revela la mala gestión de recursos humanos acumulada a lo largo de los años.
La falta de médicos en Atención Primaria, especialmente entre los pediatras, está causando estragos en el funcionamiento del sistema de salud. La estrategia de hacer que el personal de enfermería asuma funciones que corresponden a facultativos ha sido ineficaz y ha puesto en riesgo la atención en áreas que realmente necesitan más enfermeros. Además, otros colectivos de facultativos, como veterinarios, farmacéuticos y médicos del trabajo, también enfrentan condiciones insostenibles.
Aunque los datos de los FEA parecen positivos en conjunto, ocultan grandes desigualdades. Las carencias son notables en especialidades concretas y en hospitales comarcales, que son esenciales para la atención de la población, pero que se encuentran en un estado de abandono preocupante. La falta de facultativos en estas áreas ha llegado a poner en riesgo la salud de los ciudadanos, como se evidenció en la reciente crisis del cribado del cáncer de mama.
El deterioro de la sanidad pública andaluza ha sido una constante, comenzando en la era del PSOE y continuando bajo el mandato del PP, a pesar de un aumento en el gasto. La sanidad ha sido un tema utilizado políticamente por ambos bandos, con énfasis en el empleo público y propaganda partidista. Ayer, incluso el nuevo consejero, a pesar de sus intenciones, se vio arrastrado a enorgullecerse de logros como el programa de trasplantes, una respuesta típica ante la crisis.
Es vital que estos discursos retóricos y la instrumentalización de la sanidad lleguen a su fin. El éxito de Antonio Sanz en su nuevo cargo será crucial. Ha demostrado apertura al diálogo con la Consejería de Sanidad, y ahora es el momento de aprovechar esa comunicación para implementar las mejoras necesarias. Es fundamental abordar cómo atraer médicos al sistema público, especialmente en Atención Primaria y en regiones periféricas. Esta labor requerirá transparencia, profesionalización de la gestión y un cambio radical en el modelo de recursos humanos y sistemas de incentivos. Además, es indispensable restablecer la relación médico-paciente como eje central de una atención sanitaria de calidad.
El desafío es considerable y debe tratarse de manera urgente. Queda mucho camino por recorrer, pero el nuevo consejero puede contar con nuestra colaboración para avanzar en la mejora del sistema. Nuestro juicio sobre su gestión se basará únicamente en los resultados alcanzados.
Fuente: Sindicato Médico Andaluz.