En Budapest, Hungría, se celebra en medio de tensiones el Día Internacional del Orgullo con una manifestación alternativa por los derechos LGTBIQ+, desafiando la prohibición impuesta por el gobierno ultraderechista de Viktor Orbán. A pesar de la falta de autorización policial, se espera que sea el evento más multitudinario en la historia del país. El alcalde de Budapest y representantes europeos apoyan la marcha. La prohibición se basa en una ley que restringe el derecho de reunión, considerada por la Comisión Europea como una violación de valores comunitarios. Mientras tanto, grupos de extrema derecha, como HVIM y Mi Hazánk, organizan sus propias manifestaciones con autorización policial. La situación es tensa y se han adoptado medidas de precaución ante posibles conflictos. La participación internacional incluye a políticos de la UE, con un notable apoyo de España a través de Yolanda Díaz y otros representantes. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha solicitado a las autoridades húngaras que permitan el desarrollo pacífico del evento.
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