La Ley 7/2023 de Bienestar Animal ha generado controversia en el ámbito rural debido a las restricciones que impone sobre el control poblacional de gatos comunitarios. Estas restricciones impiden aplicar medidas eficaces incluso cuando los gatos amenazan especies protegidas en entornos naturales. A pesar de estudios que evidencian el impacto negativo de estos felinos en la biodiversidad, la normativa solo permite intervenciones en casos excepcionales. Investigaciones han demostrado que los gatos asilvestrados perjudican a especies como el lince ibérico y aves esteparias, además de actuar como vectores de enfermedades. Profesionales del medio natural critican que la ley favorece más a los gatos que a las especies autóctonas, complicando la conservación y el control de especies invasoras.
Leer noticia completa en OK Diario.